Octubre 24, 2025
Extintores: lo básico que todos creen saber… pero pocos dominan
Cuando hablamos de protección contra incendios, uno de los primeros elementos que vienen a la mente son los extintores portátiles. Los vemos en oficinas, fábricas, restaurantes, escuelas… prácticamente en todos lados. Sin embargo, esa misma omnipresencia hace que muchas veces se les reste importancia: se convierten en “un requisito de la norma” más que en una verdadera herramienta de seguridad.
En esta entrada quiero compartir contigo lo esencial sobre los extintores, desde su clasificación hasta los errores más comunes en su selección, instalación y mantenimiento.
1. ¿Qué es un extintor?
Un extintor portátil es un equipo diseñado para atacar fuegos incipientes, es decir, en sus primeras etapas. No están hechos para apagar un incendio de gran magnitud, sino para evitar que un pequeño fuego se convierta en un siniestro incontrolable.
La NFPA 10 y la NOM-002-STPS-2010 son las principales referencias normativas para su selección, instalación y mantenimiento en México.
2. Clases de fuego y tipos de extintores
Uno de los puntos más importantes (y a veces ignorado) es que no todos los extintores sirven para todos los fuegos. Cada agente se diseña para un tipo de material combustible:
- 🔴 Clase A: fuegos en materiales sólidos comunes como madera, papel o tela.
- 🟡 Clase B: líquidos y gases inflamables (gasolina, solventes, aceites).
- 🔵 Clase C: equipos eléctricos energizados.
- 🟢 Clase D: metales combustibles (magnesio, titanio, sodio).
- ⚫ Clase K: aceites y grasas de cocina.
En la práctica, los más comunes son:
- Agua a presión (para fuegos Clase A).
- Polvo químico seco multipropósito (para fuegos A, B y C).
- CO₂ (para fuegos B y C, especialmente en lugares con equipos eléctricos delicados).
Ubicación y cantidad
Las normas establecen criterios claros:
- Distancia máxima de recorrido: por ejemplo, la NOM-002 pide que nunca se recorra más de 15 metros para llegar a un extintor.
- Altura de instalación: la manija no debe estar a más de 1.50 m del piso.
- Señalización: visible y clara, incluso en caso de humo.
Un error común es pensar que “más es mejor” y saturar con extintores. La clave no es la cantidad, sino que estén bien distribuidos y sean del tipo correcto para el riesgo.
4. Errores frecuentes
- Extintores descargados: muchos lugares solo cumplen con “tenerlos colgados”, pero al revisarlos están vacíos o fuera de servicio.
- Extintores mal seleccionados: por ejemplo, usar uno de agua en un área con equipos eléctricos.
- Gabinetes bloqueados: colocar escritorios, cajas o muebles que impiden su acceso.
- Falta de capacitación: el personal no sabe cómo usarlos, y en una emergencia se pierde tiempo valioso.
5. Consejos prácticos para su gestión
- Capacita al personal: no basta con tenerlos, alguien debe saber usarlos con confianza.
- Revisión mensual: aunque el mantenimiento sea anual, cada mes se debe verificar manómetro, manguera, seguros y accesibilidad.
- Mantenimiento anual por empresa autorizada: es la única manera de garantizar que el agente extintor y el cilindro estén en condiciones seguras.
- Elige el extintor adecuado para cada área: no es lo mismo una cocina industrial, un laboratorio o una oficina.
- No los uses como “decoración”: deben estar visibles, accesibles y señalizados.
El impacto real de un extintor
Un solo extintor usado a tiempo puede salvar millones en pérdidas, evitar lesiones y, sobre todo, salvar vidas. El gran reto no es comprarlos o instalarlos, sino asegurarse de que funcionen y que las personas sepan utilizarlos en los primeros segundos críticos de un incendio.
Conclusión
Los extintores son la primera línea de defensa contra incendios, pero también los equipos más subestimados. Su verdadero valor radica en usarlos bien y a tiempo. La norma nos da lineamientos claros, pero al final depende de la cultura de seguridad de cada organización que estos pequeños cilindros rojos cumplan su propósito.
Porque un extintor no es “un requisito de la STPS” colgado en la pared. Es una herramienta que, en el momento adecuado, puede significar la diferencia entre una anécdota y una tragedia.
